Este sandwich lo preparaba mucho mi madre cuando era pequeña, ¡a mi hermano le encanta! pero a mí nunca terminó de convencerme hasta que me lo puse a hacer yo.
La razón de que no me gustara el de mi madre ("¿Cómo no te puede gustar una receta de tu madre!!!!??") es muy sencilla. Pues es que mi madre cocina de escándalo, sólo cocina los fines de semana, y nunca repite plato, siempre le he dicho que debería ser ella la que publicase un blog porque hace cosas realmente buenas, distintas y bien desarrolladas.
Pero..., como todo buen cocinero casero, tiene fallitos, y uno de ellos son (lo que puedo llamar) los platos de sartén, es decir, los fritos o cualquier cosa que se haga en la sartén, ¡que le pone siempre 8 kg de aceite!, y a mí las cosas que escurren grasa, como que no me gustan.
Entonces era lo que le pasaba a este sandwich, que aunque lo escurría bien antes de servir, no era lo mismo hacerlo con 3 dedos de aceite en la sartén, que el pan absorbía la mitad, que hacerlo sólo con una gotita, lo suficiente como para que no se pegue.
Pues nada, un comentario grande para una receta pequeña, así que ahora voy al grano.
Para un sandwich
Ingredientes:
- 2 rebanadas de pan de molde
- 1 loncha de queso
- 1 loncha de jamón cocido
- 1 huevo
Preparación:
Lo primero comentar, que no sé si se ve en la foto, pero justo ese día utilicé jamón serrano porque era lo que tenía en casa. Quedó también muy bueno.
Se hace un sandwich de jamón y queso normal: pan, jamón, queso, pan ;).
Se bate el huevo y se reboza el sandwich por él, que quede bien empapado el pan, si hace falta otro huevo pues se pone, ya que el pan absorbe mucho.
Se calienta una sartén con una gotita de aceite a fuego medio y se fríe el sandwich por los dos lados.