Aunque para muchos aún queda una semanita de fiestas navideñas, para mí no queda mucho más, nunca hemos sido de reyes, sólo lo notábamos porque en el cole no teníamos clase hasta después de ese día, pero a nosotros los regalos nos los daban en Noche Buena porque, según mi madre "las navidades son para jugar, cuando acaban las vacaciones son para estudiar", así que mejor tener los juguetes desde el primer día.
Y bueno, a ver qué tal me va el año bueno, pero espero tener un poquito más de tiempo para dedicarle al blog. Ya os conté que hace un par de meses cambié de trabajo que me consume más tiempo del que disponía antes (que tenía jornada intensiva todo el año). A ver si con el paso de las fiestas empiezo a organizar un poquito mis rutinas y puedo dedicaros más tiempo.
Los scones son unos bollitos muy comunes para los desayunes y meriendas ingleses, normalmente usados para untar (quesos, mermelada, etc).
Aunque tengo maquinaria que me ayuda para las masas los he hecho a mano..., son muy fáciles de hacer, pero muy difícil de que duren más de una tarde, estan muy buenos ;).
Ingredientes:
- 225 gr de harina de fuerza
- 1 cucharadita de mostaza
- 3 cayenitas molidas
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharada de albahaca
- 1 cucharada de romero
- 100 gr de queso crema a las finas hierbas
- 100 ml de leche desnatada
- Queso cheedar rallado
Preparación:
En un cuenco grande se pone la harina, la mostaza, las cayenitas previamente molidas, la sal, la albahaca el romero y el queso cremoso (vamos, casi todo) y se remueve bien hasta que esté todo bien mezcladito.
Después, sin parar de remover, se va añadiendo la leche poco a poco. Lo de sin parar de remover es muy relativo, porque yo sólo me manejo con mi mano derecha y claro, no puedo hacer las 2 cosas al mismo tiempo, así que paro, añado leche y remuevo. Este paso es para la gente hábil :P.
Se va removiendo con cuchara hasta que esté desmasiado espeso y casi no se peque a las manos, que entonces será cuando se empieza a amasar con las manos hasta que quede una pasta homogénea. Queda bastante blandita.
Una vez amasada es el momento de hacer las bolitas, hay muchas opciones, yo cogí bolitas de unos 3 cm de diámetro y las hice a mano, como si fueran albóndigas. También se pueden hacer con rodillo, amasando hasta que quede la masa de un espesor de unos 2 cm y luego usar moldes para cortar los Scones.
Forra una bandeja de horno con papel de hornear y pones las bolitas sobre él, no crecen mucho, así que se pueden poner bastante próximas.
Cada bolita se pinta con leche, y se pone un poco de queso rallado cheedar encima.
Yo no encontré queso cheedar ya rallado, de hecho no encontré ninguno, salvo unas bolsas de queso cortado en cubitos para ensaladas, había mezcla de cheedar y de otro queso, así que saqué los cubitos de cheedar y los rallé en el accesorio picador de la batidora.
El horno tiene que estar precalentado a 200º.
Se pone la bandeja dentro y se cocinan entre 15 y 20 minutos.
¡Están estupendísimos!
